Día 1 en Oporto (Mañana): Bolhao, Capella das Almas, Majestic, Sao Bento y Santo Ildefonso.

Viernes 18 de Abril de 2014

El pasado mes de abril decidimos pasar los días de Semana Santa en la preciosa ciudad de Oporto. Como conté en esta entrada nos costó decidir el destino para pasar esos días, sobre todo por los precios de los vuelos que nos encontramos cuando comenzamos a buscar. Finalmente decidimos viajar en nuestro propio coche y evitar así tener que dejarnos buena parte del sueldo del mes en unos billetes de avión, y fue todo un acierto. 


Oporto nos encantó desde el primer momento que comenzamos a caminar por sus calles y a disfrutar del ambiente de esta ciudad.

Los preparativos del viaje se redujeron a reservar el Ibis PortoCentro para tres noches por 159 €, un hotel muy bien situado que nos permitió llegar caminando a todos los lugares de interés, sencillo (como todos los Ibis) pero limpio y cómodo para pasar tres noches en la ciudad y con parking propio, en el que dejamos el coche estacionado durante todo el viaje.

Pasamos tres noches en Oporto, dos días completos, y fue tiempo más que suficiente para descubrir la ciudad con calma, para pasear por sus calles, disfrutar de una buena comida en la Ribeira sin prisas, y visitar todos los lugares de interés que llevábamos previstos y algunos más. 

La Capela das Almas, una iglesia cubierta completamente de azulejos, fue la primera visita que hicimos en nuestros días en Oporto. Se encuentra situada muy cerca de nuestro hotel, en Rua Santa Caterina, la calle más comercial de la ciudad y por la que pasearíamos varias veces durante los dos días que estuvimos en la ciudad.

Capela das Almas

Teníamos la idea de desayunar en el famoso Café Majestic, pero antes del desayuno decidimos acercarnos a conocer el Mercado de Bolhao, un lugar perfecto para ver el ir y venir de la gente, la verdadera vida de la ciudad lejos de los lugares más turísticos.

Mercado de Bolhao

Y donde las palomas no dejaban de sobrevolar el patio principal y de posarse sobre las plantas más altas… 

Palomas en el Mercado de Bolhao

En su primera planta se agrupan puestos de comida (carne, pescado,…), flores, telas y algunos tan curiosos en los que se pueden encontrar hasta gallinas enjauladas. Es un sitio muy auténtico, poco visitado por los turistas, y en el que es bastante difícil encontrar souvenirs entre los productos que allí se venden.  

Bajando de nuevo por Rua Santa Caterina llegamos por fin al número 122, donde se encuentra el Café Majestic. Este local es de visita obligada en la ciudad, y aunque cuando llegamos vimos bastantes turistas fotografiándose desde la puerta de entrada, nosotros teníamos claro que queríamos disfrutar de su ambiente y de su decoración de principios de siglo con tranquilidad.

Café Majestic

Aprovechamos para desayunar y probar los famosos Pasteles de nata (muy parecidos a los Pasteles de Belem en Lisboa), y a pesar de lo que esperábamos, el desayuno no nos resultó demasiado caro. 



Con el estómago lleno nos pusimos de nuevo en marcha hacia la Estación de tren de Sao Bento, donde teníamos intención de visitar su famoso hall decorado también con más de 20.000 azulejos blancos y azules que relatan la historia del país.  

Estación de tren de Sao Bento

Y además de visitar el hall, paseamos por la zona de andenes en donde, como siempre en Oporto, es posible encontrarse un lugar con un aspecto antiguo que te hace transportarte en el tiempo.  



Desde allí nos dirigimos a la Iglesia de Santo Ildefonso, que nos pareció seguramente la iglesia más bonita de la ciudad, decorada también con la típica cerámica de azulejos. Esta iglesia nos encantó tanto que al día siguiente decidimos volver para verla de noche. La fachada es realmente impresionante y las flores que decoran la entrada le dan aún si cabe más encanto al conjunto.

Iglesia de Santo Ildefonso

Y desde la misma Iglesia de Santo Ildefonso, es posible contemplar una de las imágenes más bonitas de la ciudad con la Iglesia de los Clérigos y su torre al fondo, donde nos dirigiríamos después de comer. 

Vistas de la Torre de los Clérigos desde Sto Ildefonso

Comimos en un restaurante muy cerca de la Plaza Batalha  y de la Iglesia de Santo Ildefonso en donde nos decidimos a probar las famosas francesinhas que a Miguel Ángel le encantaron y a mí no me gustaron absolutamente nada y me resultaron de los platos más pesados que he comido últimamente.

Y no es de extrañar viendo los ingredientes del famoso plato; una especie de sandwich con filete de ternera, embutidos varios, queso, huevo frito… y todo esto bañado por una salsa picante que resultó ser demasiado para mi estómago.

Y hasta aquí llegó nuestra primera mañana en Oporto, esa tarde y el siguiente día continuaríamos recorriendo otros de los lugares más importantes de la ciudad.



  
   
        
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