Que ver en Suiza (Día 4): Iseltwald, Grindelwald, Harder Kulm.

Lunes 22 de Abril de 2019

Iseltwald, el pueblo del embarcadero junto al Lago Brienz.

Iseltwald quizás no sea una de las visitas imprescindibles en un viaje a Suiza. Seguramente no esté a la altura de otros lugares como Lauterbrunnen, Chillon o Thun, pero desde que vi por primera vez una fotografía de aquel embarcadero junto al Lago Brienz, supe que tenía que ir a aquel lugar.


Embarcadero de Iseltwald


Llegamos a Iseltwald a primera hora de la mañana y apenas nos encontramos gente. Desde el parking donde dejamos estacionado el coche hasta la orilla del Lago Brienz atravesamos las calles desiertas de este pequeño pueblo en el que tan solo nos cruzamos con un par de burros que fueron la excusa perfecta para que nuestra peque pasase un rato divertido y sacásemos montones de fotos.





Iseltwald

Llegamos al famoso embarcadero después de perdernos por las calles del pueblo para ver sus casas, y paseamos los tres solos a orillas del Lago Brienz durante un buen rato. 


Lago Brienz


Iseltwald

Hicimos fotos, muchas fotos, y terminamos pronto la visita porque lo cierto es que, además de lo anterior, poco más se puede hacer en Iseltwald. 

Grindelwald, un precioso valle rodeado de montañas.

Una vez de regreso a Winderswil, y tomando la misma carretera que nos llevó el día anterior hasta Lauterbrunnen, llegamos al pueblo alpino de Grindelwald. Un lugar que si por algo es famoso es por sus pistas de sky y por los funiculares y teleféricos que ascienden a algunos de los picos más altos.




Desde su estación de ferrocarril es posible hacer una de las visitas (dicen) más impresionantes, y también más caras, que se pueden realizar en Suiza; ascender al Top of Europe (el monte Jungfrau)

El pueblo está situado a más de 1000 metros de altura, en un valle rodeados del Eiger y el Wetterhorn y sus paisajes invitan a perderse.


Grindelwald

Y realmente eso fue lo mejor que hicimos en Grindekwald durante nuestra visita de aquella mañana, comenzar a caminar sin rumbo, alejándonos del pueblo en sí...




Tomamos algunos de los muchos senderos que se adentraban en la montaña y comenzamos a disfrutar de los valles verdes plagados de casitas dispersas, de encontrar flores en cada rincón, del paisaje en un día perfecto de Sol que nos dejó imágenes difíciles de olvidar.



Harder Kulm, en la cima de Interlaken.

Si había algo que no queríamos dejar de hacer en este viaje a Suiza era subir en funicular o en algún tren de alta montaña a alguna de sus cumbres más altas. Opciones hay a montones en el país, todas con vistas espectaculares y la mayoría con precios carísimos.

Con tiempo suficiente y con un presupuesto sin límite la mejor opción es sin duda subir al Jungfrau. Un ticket de unos 170 € por persona te permite acceder al Top of Europe desde Interlaken, los paisajes desde la cima de la montaña del Jungfrau deben ser espectaculares, aunque nosotros desechamos esa opción.

Por proximidad también valoramos la subida al Rothorn, en el pueblo de Brienz. Me gustaba mucho la idea de ascender a la montaña en un tren de vapor, pero la excursión duraba más de cinco horas y la descartamos también por falta de tiempo.



Finalmente decidimos ascender al Harder Kulm, la montaña de Interlaken a la que se llega en un funicular desde la misma ciudad en un trayecto que dura unos diez minutos.


Harder Kulm

Después de dejar Grindelwald, a media tarde pusimos rumbo a la estación de Interlaken Ost, y desde allí tomamos el funicular que cruza bosques mientras asciende al Rothorn.


Funicular desde Interlaken a Harder Kulm 

Arriba encontramos un restaurante con terraza y un mirador con suelo de cristal y con unas vistas espectaculares de Interlaken, de los Lagos Thun y Brienz y de los montes Jungfrau, Mönch y Eiger.


Harder Kulm

Tuvimos algo de mala suerte porque según pasaba el día, el tiempo comenzó a empeorar cada vez más, y una vez arriba encontramos el cielo mucho más nublado de lo que nos hubiese gustado.





Con aquellas vistas terminamos el día, un día que había sido el último día “completo” que pasaríamos en Suiza. A la mañana siguiente dejaríamos nuestro alojamiento en Winserswil para poner rumbo al aeropuerto de Ginebra, aunque antes de volver tendríamos tiempo de una última visita que nos llevaría a pasar la mañana en el Parque Natural de Blausee...





   
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