Qué ver en Nueva York; Midtown, ruta a pie por el corazón de Manhattan

Si hay un barrio que recorrer mil veces en Manhattan ese es el Midtown. ­­En este barrio se encuentran una buena parte de los edificios más conocidos de la ciudad como el TOR o el Empire State, lugares tan emblemáticos como la Estación Central o la Biblioteca Pública, las tiendas más lujosas, infinidad de restaurantes y el lugar que sirve de punto de encuentro de todos aquellos que visitan la ciudad, Times Square.

En nuestra primera visita a Nueva York nos alojamos en esta parte de Manhattan, en un hotel situado muy cerca del Empire State, y a solo unos metros de los lugares más importantes de esta zona de Nueva York. En nuestro segundo viaje no dudamos en dedicar un día completo a redescubrir de nuevo esta zona, visitando lugares que ya conocíamos y descubriendo otros nuevos que no habíamos visitado antes.

Saint Patrick Cathecral y TOR

Entre Union Square y el Flatiron Building.

La ruta de aquel día la comenzamos en el barrio de TRIBECA, desde donde comenzamos a caminar entre sus famosas fachadas hacia el norte en dirección al Midtown. 

Fachadas de TRIBECA



Mientras ascendíamos hacia  Union Square por Broadway dimos sin planearlo con una Iglesia de la que no habíamos oído hablar antes y que nos encontramos por sorpresa, una igñesia de la que más tarde conocimos su nombre y que, en aquel momento, no dudamos en entrar a visitar: Grace Church

Grace Church


Grace Church

La iglesia, de estilo neogótico, tiene una estética similar a la Catedral de San Patricio, aunque con unas dimensiones mucho menores, y cuenta con unos jardines y unas vidrieras que merecen una parada en el camino.

Grace Church



A solo unos metros de Grace Church se encuentra Union Square Park, un parque de lo más animado que cuenta también con una zona peatonal, en el que se concentran turistas, artistas callejeros, músicos y bailarines.

Union Square Park


También en Union Square se instala un tradicional mercado de productos orgánicos (el Union Square Greenmarket)  que se lleva a cabo en días alternos y en cuyos puestos se pueden encontrar productos naturales, orgánicos y comida artesanal.

Dejamos el animado Union Square para llegar al Flatiron Building, uno de los edificios con más historia de la ciudad y un lugar al que estaba deseando volver.

Flatiron Building

Mientras nos acercábamos por la Quinta Avenida, ya pude intuir que la imagen con la que me iba a encontrar del Edificio Flatiron no iba a ser la esperada. Todo el edificio estaba en obras y cada una de sus tres esquinas se encontraban completamente cubiertas de andamios.

El Flatiron Building fue uno de los primeros rascacielos que se levantaron en la ciudad, y uno de los edificios más emblemáticos de Nueva York. Su característica estética y su construcción aerodinámica le convirtieron en uno de los emblemas de Manhattan desde principios del pasado siglo.  

Las fotos que hicimos allí junto al famoso reloj dorado de la Quinta Avenida no fueron las esperadas y bastantes decepcionados, después de una breve parada en Madison Square Park, continuamos nuestro camino hacia el norte dejando Broadway y continuando ya por la Quinta Avenida.

Por la Quinta Avenida.

La Quinta Avenida es la principal arteria de Manhattan. Pasear por la Quinta Avenida es encontrarte a cada paso con las tiendas más famosas, los hoteles más lujosos, y restaurantes y cafeterías para todos los gustos. 

Ya habíamos dedicado en nuestro anterior viaje una tarde entera a conocer alguna de estas tiendas. En aquel entonces pasamos por Tiffany’s, por Victoria Secrets, visitamos la tienda de la NBA, la de LEGO, Apple o la entonces famosa juguetería de FAO Swartz. En esta ocasión y por falta de tiempo, nuestro paso por la Quinta Avenida se limitó a llevarnos hasta  algunos de los lugares que más ganas teníamos de visitar.

Nos acercábamos cada vez más a algunos de los edificios más conocidos de Nueva York. El Empire State parecía estar cada vez más cerca y por momentos pensábamos en que sería una buena idea volver a disfrutar de sus vistas.

La realidad es que los precios de acceso a los miradores más famosos de Nueva York no son para nada económicos y, habíamos decidido limitar las vistas en esta ocasión al One World Trade Center para que nuestra economía no sufriese demasiado.

La Biblioteca Pública de Nueva York y la Estación Central.

Pasamos por un Bryant Park que prácticamente no reconocí. Aquel parque que años atrás me encantó y en el que disfruté de un café sentada en una de sus mesas, estaba aquel día completamente en obras. Nada quedaba del encanto de aquel lugar que conocí y apenas nos detuvimos unos segundos allí.

Junto a Bryant Park se encuentra el acceso al edificio de estilo neoclásico que alberga la Biblioteca Pública de Nueva York (New York Public Library). La biblioteca es una de las más grandes del país y ha sido lugar de rodaje en varias películas de cine.

New York Public Library

The New York Public Library dispone de tres plantas a las que se puede acceder mediante ascensor o través de una impresionante escalera de mármol. En el edificio son numerosas las salas de lectura y estudio, aunque es realmente una (Rose Main Reading Room) la que concentra la mayor parte de las visitas.  

Rose Main Reading Room


Tras visitar la Biblioteca Pública, continuamos la ruta de aquella tarde dirigiéndonos a la Estación Central o Grand Central Terminal, situada en la calle 42 a tan solo 400 metros de la anterior.

Grand Central Terminal


En su fachada destaca una escultura en la que se representa a Minerva, Mercurio y Hércules y debajo de la cual se encuentra el famoso reloj de Tiffany.

Grand Central Terminal


En su interior se encuentra un gran vestíbulo de acceso, un enorme hall en el que se despliega una gran bandera de Estados Unidos y por el que cada día transitan cientos de viajeros.

Grand Central Terminal


Justo en el centro de la sala se ubica el famoso reloj de la estación y a ambos lados del vestíbulo unas escaleras permiten acceder a un piso superior desde donde es posible ver el espectáculo de gente yendo y viniendo a cierta distancia y bajo la luz que filtran sus grandes ventanales.


La Grand Central Terminal es una de las estaciones más grandes del mundo y, al igual que en la Biblioteca Pública, en su interior se han filmado escenas de muchas películas de cine y series de televisión.

Muy cerca de allí se encuentra el edificio Chrysler, uno de los rascacielos con más historia de Nueva York que destaca por su estilo art decó.


Times Square, en el "centro del mundo".

A Times Square llegamos a media tarde aún con la luz del día. El ir y venir de la gente era constante, los coches apenas podían circular y nos costaba caminar entre la multitud que encontramos en aquel momento.

Times Square

Por alguna extraña razón, todo eso que en cualquier otro lugar del mundo nos hubiese resultado de lo más agobiante, allí parecía no importarle a nadie.



La verdad es que yo tengo una especie de relación de amor – odio con este lugar. Nunca me ha parecido mi lugar favorito de Manhattan pero aquel cruce de caminos, con su ritmo frenético, sus neones, sus pantallas gigantes, sus teatros y las más que famosas escaleras de TKTs, hacen que para muchos Times Square sea lo más parecido al “centro del mundo”.


Visitamos algunas de las tiendas en las que ya habíamos estado años atrás pero que queríamos que nuestra peque disfrutase, entramos a Disney Store y a M & Ms World, y continuamos nuestra ruta con el objetivo de volver unas horas más tarde para verlo iluminado.

St Patrick Cathedral y el Rockefeller Center.

Nuestra siguiente visita era una de las más esperadas de aquel día. Cuando en 2013 viajamos a la ciudad, encontramos la fachada principal de St Patrick Cathedral cubierta de andamios. En aquel momento pudimos visitar el interior de la Iglesia, aunque no de forma completa por estar también con trabajos de restauración y desde entonces, tenía la sensación de no haber sido capaz de disfrutar de aquel lugar.

Saint Patrick Cathedral


Lo que encontramos aquella tarde de Octubre poco tuvo que ver. La Catedral de San Patricio estaba casi vacía y la visita fue muy diferente a la de entonces. Durante media hora pudimos disfrutar de aquella Iglesia de estilo neogótico, de sus altares, vidrieras y obras de arte.

Saint Patrick Cathedral




Pero si algo destaca principalmente de Saint Patrick Cathedral es su ubicación. Su fachada principal se sitúa en la Quinta Avenida, entre lujosas tiendas y restaurantes, y parece enfrentarse al imponente rascacielos del Rockefeller Center.

Saint Patrick Cathedral


El Top of the Rock (TOR) si sitúa al otro lado de la calle y justo delante, la escultura ATLAS parece hacer de punto de unión entre los dos emblemas de Nueva York. Este es, sin duda, uno de los lugares que mejor refleja los contrastes tan típicos de Manhattan.

Si no se ha visitado nunca, subir al TOR es visita obligada en Nueva York. Las vistas desde allí de la ciudad son sin duda espectaculares y para nosotros es el mejor de los miradores que hemos visitado en Manhattan.

TOR y ATLAS

Como ya comenté, en este viaje habíamos decidido subir únicamente al One World Trade Center (el único mirador que hasta el momento no conocíamos), pero estando allí nos invadió la nostalgia y decidimos intentar comprar entradas para el atardecer de aquel día aunque no lo logramos. Los tickets estaban vendidos hasta bien entrada la noche y finalmente decidimos prescindir de la visita y quedarnos con el recuerdo de la primera vez.

Durante aquel atardecer nos dedicamos a fotografiar el TOR y los edificios del Rockefeller Center junto a la pista de patinaje sobre hielo que ya estaban empezando a instalar de cara a la Navidad.

TOR


Y desde allí, volvimos caminando para reencontrarnos con Times Square ya de noche, pasando por lugares tan emblemáticos de la ciudad como el Radio City Music Hall.

Radio City Music Hall

Si Times Square estaba concurrida a media tarde, a esas horas de la noche apenas ya se podía avanzar entre la gente.

Times Square


Habíamos pensado cenar aquel día en alguno de sus restaurantes, habíamos pensado repetir en el Bubba Gump que ya visitamos en 2013 o probar el The View Marriot Marquis que nos quedó pendiente entonces. Finalmente, el miedo a tener que esperar demasiado para que nos diesen mesa (sobre todo por nuestra bebé) hicieron que nos marchásemos de allí y acabásemos el día cenando en un restaurante de comida rápida sin nada en especial.


Y también…. 
230 Fifth, el mejor rooftop de Nueva York

Durante uno de los días que pasamos en Nueva York apenas pudimos pasear por la ciudad porque no paró de llover. Aquel día, cuando a media tarde escampó decidimos correr hacia uno de los lugares que no queríamos dejar de visitar en este viaje y al que aún no habíamos tenido tiempo de volver.

Regresar al 230 fifth era una de las cosas que estaba deseando hacer en este viaje. Aquel RoofTop se había convertido hacía mucho tiempo en uno de mis lugares favoritos en la ciudad, pero yo no tenía claro que en esta ocasión nos dejasen acceder con una bebé.


Llegamos aquella tarde al 230 5th Ave sin muchas esperanzas, pero para nuestra sorpresa nadie nos puso ningún problema en el acceso al edificio y pudimos disfrutar por segunda vez de las vistas de aquella terraza mientras nos tomábamos unos cócteles.

El local ofrece también servicio de comida y música en directo. En los días de frío y lluvia, como el que nosotros habíamos vivido, hay calefactores junto a las mesas y en cada banco mantas gratuitas para los clientes.


Aquella tarde, la terraza estaba repleta de flores y decorada con motivos de Halloween, y las vistas del Empire State desde allí, no podían ser mejores.


Sin duda, no hubo mejor forma de despedirnos de un día de lluvia en Nueva York…      




  
   
        
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