Islandia (Día 7); Detifoss, Sellfoss y Auroras Boreales en Husavik.

Jueves 13 de Octubre de 2016

Cuando ese día amanecimos con el sonido de los pájaros, en una cabaña en medio de un bosque de pinos, nos costó recordar que aún estábamos en Islandia. El paisaje que rodeaba nuestro hotel en Egilsstadir era más propio de cualquier otro país, y durante todo nuestro road trip, no volvimos a encontrarnos un entorno similar.

El planing de este día nos llevaría a visitar durante la mañana dos de las cataratas mas importantes del norte de Islandia, Detifoss y Selfoss.  Por la tarde, recorreríamos los kilómetros que nos separaban de Husavik, un pequeño pueblo al norte del país famoso por tener uno de los principales puertos desde donde, a diario, zarpan barcos de avistamiento de ballenas. 


Detifoss

Desde Egilsstadir, a primera hora de la mañana, recorrimos los 160 kilómetros que nos separaban de Detifoss la mayor parte del tiempo circulando por la Ring Road.

Es posible acceder a las dos cascadas desde la carreteras 862 y 864 que desembocan en el margen izquierdo o derecho dependiendo del acceso que se tome. Cuando preparaba el viaje vi como recomendación general hacerlo desde la primera, la 862 (la que nosotros tomamos), por estar en mejores condiciones y porque, una vez en Detifoss y Sellfoss, las vistas desde ese lado de la caída del agua son sin duda mucho mejores.

La carretera 862 está asfaltada casi en su totalidad hasta llegar al parking. Me sorprendió que cuando llegamos allí, a diferencia de la mayoría de los puntos turísticos que habíamos visitado en el sur del país, no encontramos ningún servicio a los visitantes. Ni un centro de información, ni baños públicos, ni mucho menos restaurante o cafetería,... todo lo encontramos casi desértico y comenzamos a darnos cuenta de que el norte del país poco tenía que ver con el sur... que el turismo en su mayoría no llegaba a estas zonas de la isla y que, a partir de ese momento, comenzaríamos a recorrer una Islandia muy diferente, mucho mas solitaria de lo que imaginábamos, y en donde apenas encontraríamos núcleos urbanos en cientos y cientos de kilómetros. 

Desde el parking comenzaban los senderos para llegar a Detifoss y Selfoss. Las distancias eran cortas, y en total después de visitar las dos cataratas y tras llegar al parking apenas habíamos caminado unos tres kilómetros. 


Selfoss

Queríamos dejar el "plato fuerte" para el final del recorrido, por lo que en primer lugar nos dirigimos a Selfoss, la catarata del río Jökulsa que nos dejó sin palabras. 


Selfoss

Desde allí, volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar a Detifoss, la cascada mas caudalosa de Europa y uno de los lugares mas impresionantes que se pueden visitar en una ruta por Islandia.

Estar allí, junto a la impresionante caída de agua, es uno de los mejores recuerdos que guardo de este viaje (a pesar del viento y el frío que hicieron que nos detuviésemos menos tiempo del que nos hubiese gustado).


Detifoss

Junto a Detifoss hay también un mirador que se encuentra a cierta altura, de muy fácil acceso, y desde donde se obtiene una muy buena perspectiva. 


Detifoss

Detifoss

Nuestra ruta continuaba hacia Husavik, donde habíamos reservado alojamiento para esa misma noche y donde teníamos pensado pasar la tarde.  La carretera 862 continuaba hacia el norte convirtiéndose en una pista de tierra. En esa zona es posible visitar otros puntos de interés como el cañón de Ásbyrgi antes de llegar a Husavik, aunque nosotros decidimos prescindir de ellos y realizar una ruta alternativa.

Volveríamos a la Ring Road para llegar a Husavik por la carretera 87. Por el camino, nos encontraríamos con el desvío al cráter Viti y con los paisajes del área geotermal de Hverir, que visitaríamos al día siguiente en nuestra ruta por el Lago Myvatn. 

Habíamos decidido dejar las visitas de esta zona para entonces con el fin de llegar a Husavik con tiempo suficiente de visitar el pueblo y el Museo de las Ballenas. La excursión para avistar ballenas era una actividad que no teníamos en nuestros planes, octubre no era el mejor mes para el avistamiento y no veíamos del todo claro que el dinero y el tiempo que íbamos a invertir en la excursión fuese a merecer la pena. 

Donde sí nos detuvimos fue en Myvatn Nature Baths, una laguna termal del mismo estilo que los baños termales de Blue Lagoon (situados al suroeste de Islandia), aunque de menor tamaño, menos masificada y mucho mas económica.

Uno de los errores que cometí en la preparación de este viaje fue dejarnos los bañadores en casa, entre tantos jerseys, polares, bufandas y gorros que si llenaron nuestras maletas. Paramos en esta laguna con la intención de aprovechar para comer en su bufé, y con la idea de comprar un par de bañadores y pasar un par de horas relajándonos en sus aguas. Finalmente no conseguimos hacer ninguna de las dos cosas. 


Myvatn Nature Baths

Para mi sorpresa en la tienda de la laguna no había ni un solo bañador a la venta y la comida del bufé libre tenía una pinta de lo menos apetitosa. Nuestra visita al balneario geotermal de Myvatn Nature Baths se redujo a una visita corta y a un puñado de fotos y tal como llegamos, volvimos al coche para buscar una alternativa donde comer.

Finalmente optamos por un local que llevaba apuntado para el siguiente día de viaje, el Daddi's Pizza, una pizzería situada a orillas del Lago Mytvan donde almorzamos una pizza que nos supo a gloria, y donde al día siguiente volveríamos a comer.


Daddi's Pizza

Llegamos a Husavik ya entrada la tarde y sin tiempo que perder nos acercamos al Whale Museum que, por tan solo diez minutos, encontramos ya cerrado.

Sobre las seis de la tarde nos instalábamos en el Fosshotel Husavik, un hotel recientemente reformado del que no esperábamos mucho y que se convirtió en uno de los mejores alojamientos del viaje. 

Antes de anochecer salimos a pasear por el pueblo, a visitar la Iglesia que se encontraba situada a tan solo unos metros de nuestro hotel, y a pasear por el puerto, por los muelles, viendo los barcos de las empresas de excursiones que a la mañana siguiente veríamos zarpar en busca de ballenas por las aguas del norte de Islandia...


Puerto e Iglesia de Husavik

Puerto de Husavik

Paseando entramos en alguna tienda a comprar recuerdos, y de nuevo nos obsequiaron con chocolate caliente y café gratis... Husavik me estaba encantando, casi casi tanto como la noche anterior lo hizo el pequeño pueblo de Seyðisfjörður... Lo que no sabía entonces es que esa noche y ese pueblo, se quedarían grabados para siempre en nuestro recuerdo...

¿Por que... y si esa noche fuese la noche que tanto esperábamos por fin?

- Mira el cielo! - hay luces de colores - le dije a Miguel Ángel mientras volvíamos al hotel y apenas había anochecido aún...



No me lo podía creer, por primera vez en nuestra vida, y sin estar muy seguros aún, estábamos contemplando una aurora boreal! 



Y cogimos el coche y a toda prisa nos alejamos del pueblo, de la contaminación lumínica, hasta llegar a un pequeño camino junto a la carretera...Estábamos haciendo realidad un sueño... ¿Os imagináis lo que sentimos en aquel momento? 



No recuerdo el tiempo que pasamos allí, pero fue mucho, mucho tiempo, y mientras la noche se hacía mas oscura, las auroras boreales cada vez eran mas y mas intensas. 

Y esa noche, al llegar a nuestra habitación del Fosshotel Husavik, corrimos las cortinas de los ventanales y nos dormimos mirando a un cielo iluminado con luces de colores. 

RUTA DEL DÍA 7:






  
   
        
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