Islandia (Tarde del día 4): Laufskàlavarda, Grafarkirkja, cañón Fjadrárgljúfur, Stjörnarfoss y "suelo de iglesia"

Lunes 10 de Octubre de 2016 (tarde)

La ruta de aquel lunes fue posiblemente la mas intensa del viaje en cuanto a visitas se refiere. Esa misma mañana habíamos visitado Skogafoss, el glaciar Myrdalsjökull y las playas y acantilados de Vik i Myrdal. Por la tarde continuaríamos nuestro viaje hacia el este por la Ring Road, haciendo una serie de paradas cortas en distintos puntos de la ruta, hasta llegar al Fosshotel Glacier Lagoon. Aún nos quedaban unos 170 kilómetros para alcanzar nuestro alojamiento de esa noche porque, en la ruta de esa misma mañana, apenas habíamos avanzado 35 kilómetros.

La primera de esas paradas nos esperaba 39 kilómetros después de dejar Vik. Laufskàlavarda era una zona con curiosas formaciones de lava que se extendía justo al lado de la Ring Road. Desde un parking en el lado izquierdo de la carretera, comenzaban una serie de senderos junto a los cuales se apilaban cientos, miles de piedras creando formaciones de todo tipo de altura y tamaño.


Laufskàlavarda

  
Parece ser que con los años, se ha convertido en casi una tradición que todo aquel que pase por Laufskàlavarda por primera vez, debe dejar al menos una piedra en alguno de estos montones para que la suerte le acompañe durante el resto de su viaje. Nosotros, por supuesto, hicimos nuestra aportación y volvimos al coche, a continuar disfrutando del paisaje que según avanzábamos, se convertía cada vez en más y más espectacular.


Paisajes de Islandia

En esta zona de Islandia los paisajes parecían realmente de otro planeta, el musgo verde cubría por completo las formaciones de lava, que formaban pequeños montículos a ambos lados de la carretera y que hacían que cada pocos kilómetros, tuviésemos que parar a fotografiar el paisaje. A disfrutar del momento.



A solo unos kilómetros de Laufskàlavarda llegamos al desvío de la carretera 208 con la Ring Road. Habíamos planeado visitar Grafarkirkja, una iglesia muy peculiar, rodeada por un curioso cementerio, a la que se accedía por un camino de tierra y que incluimos en nuestras visitas porque no parecía estar muy lejos de nuestra ruta principal.

Grafarkirkja

La realidad es que los últimos kilómetros de la carretera estaban en bastante mal estado, que tuvimos que circular muy despacio y perdimos bastante tiempo para llegar hasta allí y que quizás, de haberlo sabido, nos hubiésemos saltado esta visita. Aunque el sitio es bonito en sí, los siguientes días del viaje veríamos iglesias muy perecidas a esta y bastante mas accesibles.

El que sí nos pareció un lugar de visita obligada fue el desfiladero o cañón Fjadrárgljúfur, un lugar precioso, y no sabemos por qué, no demasiado conocido, al que se llega tras recorrer unos tres kilómetros y medio desde el desvío por la 206 con la Ring Road. 

 Cañón Fjadrárgljúfur

La carretera termina en un parking (con baños públicos) desde donde sale un camino señalizado que desemboca en el espectacular cañón que forma el río Fjardrar. De nuevo un paisaje espectacular ante nosotros, un lugar que había visto mil veces fotografiado mientras preparaba el viaje pero que me sorprendió como ninguno. La realidad sin duda superó cualquier imagen que hubiésemos visto antes de este lugar que visitamos mientras comenzaba a caer el Sol.


 Cañón Fjadrárgljúfur

Las horas de luz se terminaban y aún teníamos varias visitas planeadas para el día que no íbamos a conseguir completar. Es por esto que, de haber tenido una noche mas, la hubiésemos añadido en esta parte del viaje y quizás así, hubiésemos también incluido en la ruta alguna visita que os quedó pendiente como el trekking al avión siniestrado de Sólheimasandur.

A pesar de casi no tener ya luz, hicimos lo posible por avanzar en nuestra ruta y llegar a la que sería (casi) nuestra última visita del día. 

Junto al desvío con la 203, y solo a unos metros de la Ring Road, una verja que permanecía cerrada nos dio paso hacia un sendero que nos llevó hasta el Kirkjugolf o también llamado "suelo de iglesia". Kirkjugolf es realmente una formación de basalto con forma de losas hexagonales de origen completamente natural. Un lugar curioso que, después de los lugares tan espectaculares que habíamos visto durante el día, no terminó de sorprendernos.


Kirkjugolf o "Suelo de Iglesia"

Y en la misma carretera 203, recorriendo unos metros mas llegamos a la Cascada Stjörnarfoss, un lugar que en principio no pensábamos visitar pero que, estando tan cerca, no pudimos saltarnos.

Y allí nos quedamos, completamente solos, hasta que anocheció. 

Cascada Stjörnarfoss

El día se nos quedó corto y la noche llegó antes de terminar con las visitas planeadas. La Granja Lnupsstadur nos había quedado pendiente y, a la mañana siguiente, tendríamos que incluirla en nuestros planes.

Tardamos una hora mas en llegar a nuestro alojamiento de esa noche, el Fosshotel Glacier Lagoon, un hotel que me parecía de lo mas curioso, con su tejado de turba y su diseño de lo mas moderno. Pero llegamos en medio de una noche de lo mas cerrada, bajo la lluvia de un cielo completamente cubierto que no dejaba ver ni una sola estrella.

Esa noche decidimos darnos un homenaje y cenar en el restaurante del hotel. Llevábamos varios días a base de bocadillos y comida preparada pero la experiencia fue desastrosa porque nos dejamos casi 60 € en una cena que no supimos elegir. No volvimos a cometer el mismo error durante el resto del viaje. 

Cada noche mirábamos la previsión del tiempo para el día siguiente, y la previsión de auroras, con la esperanza de que alguno de los días del viaje pudiésemos hacer realidad el sueño que, en parte, nos había llevado a Islandia. Pero el tiempo no nos daba tregua, todos los días llovía, mas o menos tiempo, con mas o menos fuerza, pero el cielo no duraba despejado por mucho tiempo y nuestras esperanzas de ver auroras se esfumaban por momentos...

RUTA TARDE DEL DÍA 4:





  
   
        
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