Islandia (Día 10); Hraunfossar, Barnafoss y norte de la Península de Snaefellness.

Domingo 16 de Octubre de 2016

Llegábamos al fin del viaje y aquella mañana en Hvammstangi nos levantamos pensando en aprovechar al máximo nuestro último día completo en Islandia. 

Habíamos planeado dedicar el día por completo a recorrer la Península de Snaefellness, pero según avanzábamos hacia el sur, cada vez veía mas factible desviarnos unos kilómetros de la ruta inicial para añadir al planing dos cataratas que en principios no entraban en nuestra ruta; Hraunfossar y Barnafoss.

Hraunfossar

Tardamos menos de dos horas en llegar al parking que nos dejó a solo unos metros de las cascadas, y junto a una zona con baños públicos y una pequeña tienda que vendía souvenirs y café y chocolate calientes.

Hraunfossar (la cascada de lava) no tenía la espectacularidad de otras cataratas que habíamos visto durante el viaje, ni la caída de agua del río Hvitá era tan impresionante. Aún así, el conjunto de pequeñas cascadas que componen Hranunfossar y que, como su nombre indica, parecen estar emanando de la lava,  forman un paisaje especial y diferente a todo lo que habíamos visto hasta el momento.


Hraunfossar


A solo unos metros de ella y caminando por unas pasarelas de madera llegamos a su catarata vecina, Barnafoss o "la cascada de los niños",  formada por una serie de rápidos también en el río Hvitá.

Barnafoss

Desde allí volvimos al coche para ahora ya sí continuar con el planing inicial del día y conocer la Península de Snaefellness. No tendríamos tiempo suficiente para recorrerla por completo, por lo que habíamos decidido centrar la tarde en la parte norte para llegar a Kirkjufellfoss al atardecer y las visitas que nos quedasen pendientes, en la zona sur, las realizaríamos a la mañana siguiente de camino al Aeropuerto de Keflavik.

Según avanzábamos por la carretera 54 y nos adentrábamos en Snaefellness el paisaje cambiaba cada vez mas y mas. Snaefellness era una zona mucho mas solitaria de lo que nos imaginábamos en un principio y apenas llegamos a cruzarnos con un puñado de vehículos durante esa tarde y a la mañana siguiente. 

No pudimos evitar detenernos varias veces cuando por primera vez alcanzamos a ver la imagen del Volcán Snæfellsjökull, en el que se inspiró Julio Verne para crear "Viaje al Centro de la Tierra".


Paisajes de Snaefellness

Antes de llegar a Kirkjufellfoss decidimos realizar el check in en el FossHotel Hellnar en el que íbamos a pasar la última noche del viaje, y aprovechar las siguientes horas para comer y descansar un poco antes de continuar la ruta hacia el norte.

El cansancio después de diez días de road trip ya se empezaba a notar y ese descanso, que en principio iba a ser corto, se convirtió en mas de una hora de siesta en la que caímos completamente dormidos sin casi ni darnos cuenta.

Por la tarde emprendimos la ruta hacia el norte,por la carretera 54, una pista de grava que nos hizo circular muy despacio entre paisajes espectaculares, hasta  llegar por fin a Kirkjufellfoss.

Kirkjufellfoss era uno de los lugares mas esperados por nosotros en este viaje por ser uno de los puntos mas fotogénicos de Islandia. Las cascadas no tienen un salto de agua espectacular, pero lo que las hacen especiales es poder fotografiarlas con la imagen de Kirkjufell de fondo, una montaña de origen volcánico cubierta de tonos tierra.


Kirkjufellfoss

Fotografiamos la catarata desde la parte superior de la misma y mas tarde, bajamos junto a la orilla del río para tener una segunda perspectiva. En Kirkjufellfoss vivimos nuestro último atardecer del viaje, y la despedida no pudo ser mas especial.


Kirkjufellfoss

Pero a mí me había quedado una visita pendiente en la zona norte de Snaefellness que no quería perderme; visitar el Bjarnarhofn Shark Museum.


Bjarnarhofn Shark Museum

Ya casi sin luz y sin muchas esperanzas de encontrarlo abierto nos pusimos en ruta por la carretera 54 hacia Bjarnarhofn, donde en medio de la nada, se encontraba ubicado el "Museo del Tiburón".


Cuando llegamos ya tan tarde lo encontramos completamente vacío, pero el granjero que lo gestiona nos permitió entrar y nos dejó realizar una visita rápida antes de que anocheciese por completo.


En el Bjarnarhofn Shark Museum pudimos conocer la forma de vida de los antiguos pescadores islandenses a través de una pequeña exposición, ver la proyección de un vídeo, pasear hasta los secaderos de tiburón que hay en la granja y finalmente, probarlo (aunque yo fui incapaz)...




Probando tiburón en Bjarnarhofn Shark Museum

Nos pareció una visita curiosa si se está por la zona y fue la última que hicimos aquel día. Desde Bjarnarhofn volvimos hasta Hellnar donde pasaríamos nuestra última noche de viaje.

A la mañana siguiente saldríamos hacia el Aeropuerto de Keflavik aprovechando antes la ruta para visitar todos los lugares que nos habían quedado pendientes en el Sur de Snaefellness. El viaje que tanto tiempo llevábamos esperando, llegaba casi a su fin...

RUTA DÍA 10:





  
   
        
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